Osaka

La gastronomía Nikkei aúna lo mejor de las culturas japonesa y peruana; en Osaka, son los materiales los encargados de realizar esa labor. Elementos traídos de ambos lugares se disponen para llevar al cliente a esos ecotonos donde la diferencia suma y se produce la magia. El objetivo de la luz en este proyecto es poner en valor dichos materiales, acabados y texturas para crear una narrativa espacial que nos transmita esa fusión.

Ariel Chemi y su equipo de arquitectos y diseñadores pensaban el espacio como capas o superposiciones, por lo que nos adentramos entre esos estratos con la luz, haciendo tangibles los huecos y la morfología de las superficies. La celosía, permeable al exterior, permite que entre la luz natural con su tonalidad fría, que se funde con el tono súper cálido de la luz en el interior.

Te recibe una recepción imponente en la que la piedra natural se combina con la madera de la celosía trasera y el techo de tejido del Perú, perimetrado por una luz rasante que pone en valor su trabajo artesanal.

En cuanto a temperaturas de color, se ha mantenido un ambiente cálido en todo el espacio, utilizando una temperatura de 2300K para la iluminación sobre materiales, en contraposición a una luz un poco más fría de 2700K para iluminar los alimentos dispuestos tanto en barra como en mesa. Las últimas tecnologías nos han permitido usar tamaños minúsculos de proyector sobre la barra, ofreciendo el flujo lumínico perfecto.

El espacio presenta una clave muy baja, estando la mayoría de las tiras LED reguladas al 10%. Se buscan distribuciones lumínicas con mucho contraste y calidez que nos transporten a lo místico y la magia. No se podría pedir menos para estos queros, copones ceremoniales incas, que hemos querido iluminar desde abajo, como si flotasen sobre fuego.

Para Juan Alfonso Urrutia, chef corporativo de la firma, es importante percibir cada plato por todos los sentidos. Él se encarga del gusto, el tacto y el olfato; y nosotros hacemos que la vista pueda disfrutar de la variedad de colores, gracias al elevado índice de reproducción cromática, CRI 98, que tienen las luminarias elegidas para iluminar los platos.

Los paramentos verticales presentan composiciones de ladrillo de adobe, potenciados en color y textura por los proyectores súper cálidos de 10º, ocultos tras las bancadas. El techo presenta una composición de lamas de madera y cobre, siendo estas últimas las que reciben la luz de los proyectores para potenciar la calidez en el espacio.

La escenográfica cocina de Osaka luce un alicatado azul brillante que se realza gracias a unas luminarias situadas tras las campanas, que presentan una curva espectral diseñada para potenciar esas tonalidades más frías. Esta trasera contrasta enormemente con las baldas y superficies de trabajo, iluminadas con tonalidades de 2700K CRI98, como el resto de zonas donde hay comida, para que los cocineros y cocineras vean los platos tal y como los va a recibir el comensal.

El baño de Osaka es la guinda de la delicadeza lumínica. Se aporta volumen al lavabo de piedra de manera puntual y cenital con una óptica de 10º, y se compone el espacio con unos apliques diseñados ad hoc, junto con los nichos retroiluminados que los subrayan.

La luz en Osaka cede el protagonismo a la materia, quedando las fuentes lumínicas siempre ocultas tras los detalles constructivos y poniendo sus efectos al disfrute del cliente.